martes, marzo 07, 2006

Adiós a los llaveros


Seguramente está en los planes de negocio de Nokia, Sony-Ericsson, Samsung, LG, etc., pero no está de más consignarlo. Aunque no he consultado fuente alguna, con sólo observar las conductas de quienes usan frecuente el celular, uno se da cuenta de que este aparato ha reemplazado (o está camino a hacerlo) al reloj de pulsera, a la alarma de cada mañana, a la agenda telefónica (de hecho, quién se sabe un número de celular…difícilmente sabemos el propio), a la agenda de citas, a la calculadora, a la libreta de apuntes (quién, buscando casa o depto. para arrendar, no ha apuntado o hecho una llamada perdida al número del cartel para que quede registrado?), al cronómetro (quienes saben usarlo), a la cámara de fotos (quienes la tienen incorporada al celular), a las antorchas en los recitales (basta con revisar el recital de U2 o el de Daddy Yankee en Viña), a las linternas, y, por cierto y en muchos casos, al teléfono fijo.
¿Qué falta? Pues bien, al ser un aparato que se lleva consigo a todas partes, ya uno no deja solamente la billetera, el monedero y las llaves en el velador, la mesita de la entrada o en la chaqueta…también deja el celular. Y mientras menos pesado, mejor. Mientras más chico, mejor que mejor. Y si el celular lleva dentro un chip parecido al de la tarjeta Visa Electron (el llamado chip monedero), si la tecnología permite grabar más información en la tarjeta SIM (el cerebro del celular, ese chip GSM que se instala en el interior de los celulares), por qué no cargarla con la información de mi tarjeta VISA, o Redbank, o incluso, con la de las tarjetas del metro y futuro Transantiago? Y es más, por qué no cargarla con información de radiofrecuencia que nos permita abrir puertas, acceder a clubes, abrir cajafuertes, usar equipos públicos en cibercafés o “terminales ciudadanos” que entreguen certificados del Registro Civil, o donde se puedan pagar las contribuciones o la patente del auto. En 2001 se activó un servicio vía SMS que permitía comprar boletos del metro con cargo a la cuenta del celular. Incluso la tecnología prometía comprar bebidas en las máquinas mediante el mismo sistema. Lamentablemente, el sistema no siguió operando y cada vez que la máquina me traga las monedas, pienso que era bien buena la idea.
En fin, veo que de aquí a diez años, alguno de estos servicios será una realidad. El celular se transformará en el principal control remoto del mundo, la puerta de acceso a todo nuestro mundo digital, la interfaz que nos comunicará con infinidad de servicios.

Y si ahora hay autos que se abren y se encienden con una llave que tiene dentro un chip, qué le costará a la Renault o a la Volvo inventarse un código que le agregue esa opción al celular y, de paso, nos evite más de un bolsillo roto al año de tanta llave que llevamos con nosotros.
Saludos.